jueves, 2 de diciembre de 2010

EL CAMINO A LA PREVENCION DE LOS MALOS HABITOS ALIMENTICIOS

La alimentación del bebé con leche materna al menos durante 6 meses es una práctica que además de alejar los efectos negativos de los biberones, obliga al niño a respirar por la nariz y desarrolla una base ósea sólida para el nacimiento de los dientes temporales y permanentes. Es por ello que disminuye la necesidad de tratamiento ortodóncico y el riesgo de caries. Es importante también evitar el uso de tetes, así como la succión digital, y además mantener una higiene adecuada en sus fosas nasales y posteriormente en la cavidad oral.

En el proceso de ablactación deben prepararse alimentos duros y fibrosos para estimular una masticación vigorosa y favorable para ejercitar músculos masticatorios y hace que la mandíbula se desarrolle de forma adecuada y el primer molar, llamada “llave de la oclusión” por su importancia en el cierre correcto de los dientes, se coloque en la posición adecuada. Los buenos hábitos alimentarios son importantes para la salud bucal.

En el patrón de alimentación del bebé no deben faltar la leche, el yogur o el queso por constituir fuentes importantes de calcio, fundamental para la formación y estabilidad de los dientes.

Ciertos minerales como el fósforo y el flúor, y vitaminas como la D, C, A y las vitaminas del complejo B, también son esenciales para la formación y conservación de una buena dentición. Es por eso que en la dieta de los niños debe estar presente el pescado, los huevos, las frutas y vegetales.

Las meriendas de los pequeños no deben ser con golosinas, lo más oportuno serían queso o frutas. En caso de consumir confituras o alimentos ricos en azúcares debe orientarse el cepillado posterior de los dientes.

A partir del año es importante acostumbrar al bebé a tomar las bebidas en vaso, en lugar de usar biberones para estimular los movimientos de deglución adulta.
Las consultas de pediatría son otra de las vías para controlar cualquier dificultad del niño, así como tratar todos las enfermedades respiratorias para impedir los procesos inflamatorios crónicos que pueden provocar hipertrofias de adenoides y amígdalas, elementos importantes de las primeras líneas de defensa del organismo.

 Es por eso que en la dieta de los niños debe estar presente el pescado, los huevos, las frutas y vegetales.








Las meriendas de los pequeños no deben ser con golosinas, lo más oportuno serían queso o frutas. En caso de consumir confituras o alimentos ricos en azúcares debe orientarse el cepillado posterior de los dientes.
A partir del año es importante acostumbrar al bebé a tomar las bebidas en vaso, en lugar de usar biberones para estimular los movimientos de deglución adulta.
Las consultas de pediatría son otra de las vías para controlar cualquier dificultad del niño, así como tratar todos las enfermedades respiratorias para impedir los procesos inflamatorios crónicos que pueden provocar hipertrofias de adenoides y amígdalas, elementos importantes de las primeras líneas de defensa del organismo.


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